Estamos para protegeros.

Para SUR en ruso edicción de 18.05.2018

Nuestra vida contiene cosas buenas y malas. Algunas veces las personas necesitan protección y ayuda, especialmente las mujeres que son víctimas de maltrato y los niños que están en el camino equivocado. En estos casos tenemos que saber qué hacer y cómo hacerlo. Sobre estas situaciones hablamos con Antonio Bautista, Subinspector del GIP (Grupo de Investigación y Protección) de la Policía Local de Málaga.

Антонио Баутиста фото мое

-¿Qué hace vuestro grupo? ¿Cómo funciona? ¿Cuántas personas lo forman? ¿En qué barrio o barrios actúa?

— Nuestro grupo existe desde el año 1986, denominándose anteriormente “Brigada K” y “Gemac”. Lo componen unos 45 policías locales, con una edad media de 40 a 55 años, debido a que los que están en nuestro equipo deben entender su responsabilidad, tener experiencia y un poco de empatía para actuar de modo adecuado.

Nos dedicamos, entre otras cuestiones, a la protección de las mujeres que sufren violencia de género, menores en el ámbito de la protección (vigilando que no consuman drogas, alcohol etc, desgraciadamente este tipo de hechos forman parte de nuestra vida cotidiana), escolta de autoridades, vigilancia de espacios públicos. Trabamos por toda Málaga capital y puntualmente también colaboramos con otros municipios de provincia Málaga.

— ¿En qué situaciones se puede pedir ayuda al GIP?

— En lo que respecta a la violencia de género, en todas aquellas situaciones en las que las mujeres son sometidas a violencia, tanto moral como física, por parte de sus parejas, esposos o novios, o exparejas. En estos casos deben llamar a los números 091, 092, 062 ó 112, existiendo un número exclusivo para casos de maltrato que es el 016, que mantiene el anonimato del denunciante de los episodios de violencia. Una vez que hayan denunciado los hechos por la agresión física o psíquica recibida, se les realiza una valoración sobre el riesgo que presenta, correspondiéndole un policía de protección que estará en contacto con ella las 24 horas del día. Se puede llamar a cualquier hora con motivo de urgencia. El maltratador en muchos casos recibe orden de alejamiento con respecto a la víctima, de su domicilio, lugar de trabajo etc., ya que suelen ser estas las que continúan viviendo en sus domicilios y llevando a cabo sus quehaceres diarios. La orden de alejamiento cautelares suele estar en vigor hasta el juicio, pudiendo durar, dependiendo de la gravedad del caso, 15 días, 1 ó 2 años… Una vez celebrado el juicio oral y si hay sentencia condenatoria éste puede tener una duración de hasta 10 años, dependiendo de la gravedad de los hechos probados.

Con respecto al caso de los menores, nosotros actuamos en los casos en que los menores consumen drogas y/o alcohol, algo que ocurre algunas veces en la calle, algún local, colegios, etcétera; o se encuentran desprotegidos o son víctimas de algún tipo de hecho delictivo.

-¿Cómo ayudáis a las mujeres maltratadas?

— Las mujeres víctimas de maltrato tienen niveles diferentes de riesgo. Unas continúan viviendo en su casa familiar,  trabajan, llevan y recogen a sus niños del colegio, estando en contacto con nosotros periódicamente, que dependiendo de cada caso puede ser a diario, semanalmente, mensualmente, o incluso cada dos meses. Realizándose vigilancia a esos lugares frecuentados por las víctimas para detectar la presencia del autor.

En otros casos se les proporciona una casa de acogida cuando las víctimas no disponen de medios económicos o de lugar donde residir. Además ellas tienen algunas ayudas sociales, económicas o laborales, eso también depende de la situación. De cualquier manera, estas mujeres están bajo nuestra protección y la protección del estado.

-¿Y qué pasa  con los niños?

-A los niños menores antes de nada debemos explicarles lo perjudicial que es el consumo de drogas y alcohol, realizamos una labor preventiva, aunque debe iniciarse ese control por parte de sus familiares. Cuando los sorprendemos consumiendo las sustancias antes mencionadas se da conocimiento a las autoridades competentes para que inicien o no un expediente sancionador, que puede terminar en una multa. La venta de drogas se regula por el Código Penal (Delito contra la salud pública, por tráfico de drogas) y el consumo propio es infracción administrativa. Si un menor es sorprendido traficando con drogas, puede ser enviado a un centro de reforma de menores. En Málaga, los centros de internamiento de menores pueden ser abiertos, se puede salir, citar con los familiares y los amigos. En Torremolinos hay un centro cerrado. Es una manera de castigo más fuerte, parecida a una cárcel de mayores. En estos centros los niños hacen tareas educadoras.

-¿Qué debe hacer una mujer extranjera que sufra situaciones de maltratos?

— A día de hoy los policías locales que conformamos el GIP estamos protegiendo a unas  500 mujeres, 80 de ellas extranjeras, de las que 4 son de nacionalidad rusa. Esto solo es estadística.

Si alguna mujer extranjera está en situación de peligro, debe contactar con cualquiera de los números de teléfono de urgencia que hemos mencionado anteriormente o acercarse a la comisaría de policía que desee, bien sea nuestra, de Policía Local, o de Policía Nacional o Guardia Civil. En estos casos es fundamental que denuncie, repito, debe denunciar y solicitar protección. Si no hablan español, no tiene por qué preocuparse ya que se le pondrá un intérprete. Lo deben hacer todas las víctimas, incluidas aquellas que no tengan su documentación en regla y no cuenten con estancia regularizada en el país, eso no es ningún problema. No deben tener miedo, las ayudaremos en cualquier caso. No habrá expulsión, solo protección. Si no denuncia el maltrato puede convertirse en un círculo cerrado, sin salida. Deben saber que se puede salir de las situaciones de maltrato y evitar este problema.

-¿Y qué pasa después de la denuncia?

-Eso depende de la gravedad, pero siempre hay alguna solución. Hay pisos de acogida para que las madres estén con sus niños, hay ayudas laborales, económicas, sociales… Hay cursos de idiomas para las mujeres extranjeras y colegios para los niños. Algunas veces, por la gravedad de los casos, las víctimas cambian de ciudad para rehacer su vida. Hay muchas posibilidades y muchas oportunidades.  Se aúnan fuerzas entre los diferentes organismos oficiales para encontrar la decisión más oportuna en cada caso, teniéndose siempre en cuenta la situación y deseos de la víctima.

-¿Puede darme un ejemplo de cómo vuestro grupo ha ayudado a alguna extranjera?

— Como le decía, bajo nuestra protección hay ahora  4 mujeres rusas que han sufrido violencia de género por parte de sus parejas, también de nacionalidad rusa. Ellas acudieron a dependencias policiales para denunciar los episodios de violencia de género, siendo asistidas  por abogados especializados en este asunto y solicitaron la orden de la protección. Están dentro del programa de protección (VIOGEN), y reciben todas las ayudas, con independencia de que tengan niños o no. En el caso de que los tengan, ocasionalmente los padres tienen régimen de visitas mientras esperan la decisión del juzgado.  Las 24 horas del día están siendo protegidas, recibiendo el auxilio que precisen por parte de los servicios sociales. Hay ayudas de parte de la Junta de Andalucía, de Cruz Roja, etcétera. Si alguna de ellas no tiene móvil para estar en permanente contacto con nosotros se les puede facilitar uno por parte de Cruz Roja para contactar con su agente protector. Se les da todo lo que necesiten socialmente.  Después del juicio los agresores pueden ser condenados en conformidad con sentencia firme o tener una orden cautelar de alejamiento, de duración variable dependiendo de los hechos denunciados

-¿Los policías locales que forman parte del GIP prestan su servicio de uniforme?

— Los agentes del Grupo de Investigación y Protección de la Policía Local de Málaga prestan su servicio de paisano, ya que es lo más adecuado para el tipo de trabajo que llevan a cabo y los asuntos que tratan tanto con menores, drogas, situaciones de maltrato o violencia de género, u otro tipo de hechos delictivos tales como prevención de hurtos, delitos contra la propiedad intelectual o industrial, etcétera.

— ¿Cuál sería su consejo final para una mujer que está sufriendo episodios de violencia de género y no sabe cómo salir?

— Hay que  poner fin al machismo y no hay que tener miedo. Cualquiera situación, por grave que sea, tiene solución. El estado está a su lado, y las víctimas de violencia de género deben ser protegidas.

+20180518_Antonio_Bautista

 

 

 

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